Ahora que ha sido aprobada nueva ley educativa, la LOMLOE, es momento para que podamos reflexionar sobre qué visión del mundo económico estamos ofreciendo a los estudiantes y cómo se lo estamos mostrando.
Hace ya tres años se promovió desde el Banco de España y la Comisión Nacional del Mercado de Valores un convenio de colaboración para continuar con el desarrollo de la estrategia estatal de educación financiera con la presentación del “Plan de Educación Financiera 2018-2021”, plan que sigue las mismas líneas de los planes anteriores y han creado una marca “Finanzas para todos”, habiendo consolidado el “Día de la Educación Financiera” (primer lunes de octubre) y la “Semana de la Educación Financiera”, desarrollando así una estrategia de comunicación digitalizada con el fin de llegar a segmentos amplios de la población. La cosa, pues, viene de lejos.
Difícilmente se puede incluir una visión alternativa a la propuesta por el Banco de España y la Comisión Nacional del Mercado de Valores cuando, desde las primeras aproximaciones a la economía que hace el alumnado, se plantean las finanzas como algo desligado a la sociedad en la que se desarrollan y a la economía que financian. No se trata de que las personas salgan de los institutos sin saber la diferencia entre una tarjeta de crédito y una de débito, entre un seguro y un plan de pensiones o entre una obligación y una acción. Es que salen sin preguntarse qué efectos sobre el entorno tienen sus decisiones económicas y financieras. No hay un espacio donde reflexionar que si nuestros consumos y nuestros ahorros tienen como única finalidad la máxima rentabilidad igual no son coherentes con nuestros principios, teniendo en cuenta que esas decisiones tienen efecto en el medio ambiente y en nuestra comunidad. Menos aun cuando es la banca la que está proporcionando materiales y formación al alumnado, determinando así el modo de impartición de las materias.
Banca Ética Badajoz no es ajena a esta realidad y, junto con las entidades que formamos REFAS (Red de Finanzas Alternativas y Solidarias), proponemos contenidos alternativos que incidan en un análisis crítico de la realidad económica y fomenten valores como la equidad, la igualdad, la solidaridad y el respeto por el medio ambiente. Por eso suscribimos plenamente el Manifiesto por una educación económica y financiera crítica y ética que, con motivo de la semana de la educación financiera, se hizo público el pasado mes de octubre.
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